El espacio nos ayuda a interpretar cómo se vivía más de cien años atrás.
La casa dispone de una cisterna que recoge el agua de la lluvia, de la bodega para guardar el vino, la cuadra donde se guardaban los animales de carga, el corral del ganado y del rebaño, los lagares y almazaras de vino y de grano, el horno del pan, la pileta para guardar el aceite. La cuadra conserva los comederos de piedra picada; los lagares mantienen su estructura original y en la cisterna podemos contemplar los montantes del pozo para subir el agua.
El conjunto de espacios y edificaciones de la Torre del Codina tiene una clara funcionalidad productiva y defensiva. Cerrada por los cuatro lados, era un edificio fácil de proteger. Su situación privilegiada y visible desde varios lugares, le permite disponer de contacto visual con otros lugares habitados del entorno.
Actualmente todos los cultivos de la finca son de Producción Agraria Ecológica Certificada.
La casa se estructura principalmente con el edificio principal, el redil o corral, y las edificaciones auxiliares. El conjunto dispone de la casa principal, la cisterna, la bodega, la cuadra, el redil o corral, los dos lagares de vino con cairons cerámicos, el lagar, el horno de pan y la pileta para guardar el aceite.
El conjunto de la edificación de la Torre tiene una clara funcionalidad defensiva. Su situación privilegiada, visible desde varios lugares, le permitía disponer de contacto visual con otros lugares habitados del entorno.
La Torre está catalogada como bien patrimonial de interés local y protegida por la normativa urbanística. Durante la rehabilitación, se ha estado muy cuidadoso en conservar la esencia, el lenguaje de la piedra seca y la masonería de piedra calerenca.
El entorno rural de los términos del Talladell, Verdú, Granyena y Granyanella disponen de un rico patrimonio arquitectónico rural de la piedra seca, desconocido y de gran valía patrimonial.
Las proporciones del edificio principal son cuadradas de 10 metros por 10 metros, y una altura de 12 metros. Se encuentra orientado de sudeste a noroeste, con el fin de conseguir un óptimo aprovechamiento de la luz solar todo el año.
La entrada principal del conjunto de la Torre da a un gran patio desde donde a mano derecha se accede a la parte superior de los lagares donde estaban los panales para pisotear la uva con los pies. Uno de los lagares dispone del muelle para descargar las portadoras de uva y poder verterlas en el panal. Los dos lagares, hechos con cairons de barro tienen una capacidad para almacenar 70.000 litros de mosto.
Estos lagares conectan con la bodega que ocupa la parte subterránea de la entrada principal de la casa. En la bodega podemos ver los inyectores que conectaban con los lagares para almacenar el vino en tinas una vez fermentado.
Desde el patio se accede a la entrada principal de la casa que tiene en su planta baja la antigua cuadra, con una cabida para una docena de caballerías o bestias de carga. Podemos ver los comederos de piedra picada que afortunadamente se han podido conservar. También podemos ver restaurados un juego de collar, brida y bocado de mula. La cuadra se ha habilitado como sala de juegos de la casa rural.
Frente al patio podemos ver las cuatro arcadas del corral. En el corral se encerraba el rebaño de cabras y ovejas, las aves de corral y algunos cerdos. Desde el corral se podía acceder a la parte exterior de detrás de la casa donde había un huerto cerrado que ha desaparecido y del que sólo quedaba un muro. El corral se ha habilitado como sala de estar, cocina y comedor.
Sin movernos del patio podemos ver en todo su entorno el largo canal de piedra picada que recoge el agua de todos los tejados para llevarla hacia la cisterna. En aquellos tiempos como ahora, el agua era un tesoro que había que aprovechar al máximo, puesto que tenía que abrevar personas y animales que vivían en la Torre Hoy toda el agua de lluvia se aprovecha, y se potabilizaba en la misma casa.
A la izquierda del patio tenemos el cubierto o almacén donde se guardaba el cereal, las aceitunas o el forraje. Hay que decir que en el subsuelo de este cubierto hay un lagar soterrado, visitable, que habría tenido la finalidad de silo.
Los antiguos espacios de los cubiertos se han habilitado por una parte, como sala de máquinas y calefacción, y la otra como zona de piscina climatizada, baño y ducha.
Si desde la entrada vamos hacia la izquierda por el pasillo que discurre junto a la cuadra, llegamos a un espacio grande en el que vemos los montantes del pozo de la cisterna que acumula el agua de la lluvia. A la derecha tenemos el antiguo horno de leña, que se utilizaba para hacer el pan, y que sigue en uso.
Desde la entrada de la casa por las escaleras de la derecha, se accede a las habitaciones. Las escaleras son de hierro y, fuera de algún rellano de piedra, faltan los escalones que fueron expoliados hace una veintena de años. La habitación primera que encontramos, y que está situada justo encima de la cuadra, es el lugar donde hacían vida los medianeros de la finca, allí comían, cocinaban y dormían. Los animales proporcionaban el calor, que era fácil de mantener por la poca altura del techo.