> Escucha el canto de la golondrina:
La mítica golondrina (que en nuestra casa también pronunciamos como “aurineta” y también “oroneta”), es uno de los pájaros que cada año permanecen en la Torre del Codina. Cuando llega el buen tiempo, su vuelo grácil e incesante cruza constantemente el cielo del patio de la Torre, para hacer su nido dentro del espacio del cobertizo de los antiguos lagares de vino.
La palabra proviene del latín clásico “hirunda”, y parece que su significado original podría venir de muy antiguo, quizás de una antigua lengua preindoeuropea mediterránea, probablemente semítica. Desde siempre se ha asociado a la golondrina como un símbolo de la bienaventuranza, de la suerte y de la fortuna, y las diferentes culturas la han tratado con cariño y simpatía, por ser la portadora de la nueva buena de la llegada de la primavera.
Es un pájaro pequeño, de vuelo ágil y peculiar. Su cuerpo está oscuro por encima y blanco por debajo. Su canto es un chillido agudo y característico. Y destaca por la destreza en el vuelo que la hace capaz de cambiar de orientación en un instante.
Su alimentación és exclusivamente insectívora y por tanto, para sobrevivir necesita vivir en torno a temperaturas cálidas. Esto hace que cada otoño migren, desde Europa hasta el África subsahariana, en un largo viaje de miles de kilómetros.
El respeto ancestral por las golondrinas se encuentra reflejado en la leyenda del “Llibre dels Feits” del rey Jaime I, cuando cuenta que durante la conquista de Valencia en el año 1233, después del asedio de Burriana, cuando se iba a levantar el campamento, el rey se dio cuenta de que una golondrina había hecho el nido en el palo mayor de la su tienda. Éste ordenó que no se levantara, hasta que la golondrina y sus crías se hubieran ido. Así lo recoge la crónica:
“E som a Burriana. E quan vench que·n volguem levar la ost, Iª oreneta havia feit niu prop de la escudela en lo tendal; e manam que no·n levassen la tenda tro que ella se’n fos anada ab sos fiyls, pus en nostra fe era venguda”.
En los últimos años la población de golondrinas en toda Europa ha disminuido cerca de un 50% y la especie sigue en declive. Las causas son múltiples y variadas, pero la modificación de los hábitats naturales, tanto en los lugares de hibernación como en nuestro país, son los principales motivos. Actualmente está prohibida la destrucción de sus nidos, y se ha protegido a las golondrinas para evitar su desaparición. Es posible que la reducción de insectos voladores en los espacios rurales, debido a la eliminación de la biodiversidad, y el uso indiscriminado de herbicidas y de pesticidas que conllevan alguna mala praxis de la agricultura intensiva, sean la principal causa de la vulnerabilidad de la especie.
Nuestros escritores y poetas han cantado la alegría que provoca la visión del vuelo de la golondrina, y por eso acabamos este escrito con algunos de los versos más populares de nuestra literatura:
Adéu, orenetes
torneu l’any que vé.
La branca florida
traurà el cirerer.
Rovell a les teules;
silenci del niu.
Sou fora vosaltres
és fora l’estiu.
Tomàs Garcés
Xiscles d’orenetes,
núvols de xim-xim
i ais de fulles tendres
bategen l’abril.
J.M. López Picó
Si fugis de la nit,
oreneta, vine:
tan a prop del cel
aquí sempre és de dia;
lo sol no s’hi pon,
la lluna no minva.
Jacint Verdaguer
Davant genteta
potser poruga, arraulideta,
ella és qui diu:
-Sóc més, sóc més que una oreneta:
jo só l’estiu.
Josep Carner
Jaume Ramon Solé.
Créditos: Imágenes propiedad de Jaume Ramon Solé – La Torre del Codina.