
> Escucha el canto del jilguero:
La familia de los pájaros fringílidos, son conocidos y apreciados por su habilidad para el canto. El canario es uno de los más conocidos que se han criado en cautiverio. Su hábitat endémico, donde vive en libertad, son las Islas Canarias, Azores y Madeira.
El jilguero, llamado también carderola, es en nuestro país uno de los más populares pájaros paseriformes de la familia de los fringilidos. Su canto es similar al del canario. Es un pájaro vivo e inquieto, y que, a pesar de poder vivir enjaulado, es difícil que se reproduzca en cautiverio.
Lla característica principal del jilguero es la vistosidad de su plumaje. Los colorines amarillos, negros y blancos de su pequeño cuerpo, y la gran mancha roja alrededor del pico, le hacen inconfundible con el resto de pájaros. Cuenta la leyenda que el color rojo que tienen en la cabeza viene de cuando Jesucristo estaba clavado en cruz, y los jilgueros le intentaron arrancar las espinas de la corona y quedaron manchadas de sangre.
El canto del jilguero, es una fuente deanimados gorjeos, aflautados y melodiosos, rápidos y notorios, que a menudo reciben la respuesta de otro congénere iniciándose una conversación musical de múltiples entonaciones, virtuosa y bella. En Mallorca metafóricamente, se llama jilguero a la chica que es graciosa y que charla mucho.
El jilguero se caracteriza por ser un pájaro social, vuela bajo ras de los márgenes, con voladizos cortos y veloces, normalmente en grupos pequeños o medianos y siempre acompañados de su canto característico.
Como nos dice su nombre en catalán y también el nombre científico en latín, «Carduelis carduelis», a menudo se alimenta de las semillas de los cardos, que con su pico delgado y puntiagudo, va eligiendo sin pincharse.
Hace años, los jilgueros eran uno de los pájaros preferidos para capturarlos en invierno con reclamo y almizcle en la ramita. Los machos, cuando caían pegados a la zarza, se enjaulaban, y era habitual en todas partes, tenerlos en casa para disfrutar de la compañía de su canto. En 2016, la Generalitat prohibió la captura de jilgueros, para dar cumplimiento a las directivas europeas que la protegen. La prohibición de la caza y captura de los fringilidos es un signo de civilización y de respeto por el entorno y la naturaleza.
Al jilguero, le gusta vivir junto a los márgenes de las parcelas agrícolas y entre encinas, almendros y olivos, donde puede encontrar abundancia de semillas para alimentarse. Muchos jilgueros bajan desde las comarcas de montaña hacia la llanura, para pasar el invierno entre nosotros en el llano, en un clima más templado.
En la Torre del Codina es fácil oírlas y observarlas, en los páramos de los espacios agroforestales, llenos de arbustos y de hierbas silvestres, donde encuentran el alimento necesario.
Como no podía ser de otra forma, la popular singularidad del jilguero ha sido fuente de inspiración de escritores, poetas y artistas.
Manuel de Pedrolo en su popular novela «El mecanoscrito del segundo origen» nos muestra en Benaura, el jilguero de Dídac para decirnos:
«De repente, escuchó el canto de un pájaro.
Era el jilguero de Dídac.
—¡No estamos solos, Dídac, no estamos solos!—gritó Alba.
Pero sí estaban solos. Alba y Dídac caminaron un rato y vieron perros, gatos y otros animales muertos.
Sólo quedaban vivos los peces, los pájaros, las gallinas y las moscas»
El jilguero está presente en el mítico poema de «El emigrante» del poeta Jacint Verdaguer:
L’EMIGRANT
«Dolça Catalunya
pàtria del meu cor,
quan de tu s’allunya
d’enyorança es mor.
Hermosa vall, bressol de ma infantesa,
blanc Pirineu,
marges i rius, ermita al cel suspesa,
per sempre adéu!
Arpes del bosc, pinsans i caderneres,
cantau, cantau,
jo dic plorant a boscos i riberes:
adéu-siau!»
Y para terminar una de las más populares pinturas del neerlandés Carol Fabricius es el cuadro del jilguero atado con una fina cadenita de oro: «Het puttertje» (La cadena de oro), del año 1654.
Clipped wings: the tragic true story of The Goldfinch
Sólo aprendiendo a conocer nuestros pájaros, aprenderemos a quererlos.
Jaume Ramon Solé.
Créditos: Imágenes propiedad de Jaume Ramon Solé – La Torre del Codina.